SALAMANQUESA ROSADA (Hemidactylus turcicus)

La salamanquesa rosada (Hemidactylus turcicus) pertenece a la familia de los gekkonidae y es en su estado adulto algo más pequeña que la salamanquesa común (Tarentola mauritanica), alcanzando una longitud aproximada de 5-6 cm sin incluir la cola.
Presenta un aspecto rosado como su propio nombre común indica, translúcido sobre todo en la zona ventral aunque aquí la piel es más blanquecina. Sus ojos se situan más juntos que en la salamanquesa común con una pupila vertical como se puede apreciar en la fotografía. La cola presenta franjas oscuras y claras siempre que no la haya perdido y se trate de una regeneración, como es el caso del ejemplar fotografiado que en lugar de presentar dichas franjas aparrecen motas oscuras en un apéndice en proceso de regeneración, además de la carencia de protuberancias que sí tiene en la cola original.
Otra característica de esta especie es la presencia de uñas en los dedos.
De hábitos nocturnos, pasa el día escondida en huecos o bajo las rocas. Se trata de un animal adaptado a la convivencia con el hombre, por lo que es común verla cazar insectos en las noches de verano cerca de focos de luz.
Pese a tratarse de una especie mediterranea, la salamanquesa rosada se ha introducido en barcos de forma involuntaria por su carácter antropófilo, en Estados Unidos, México, Cuba y Centroamérica.
La salamanquesa rosada comparte con la salamanquesa común el mito de ocasionar calvicie en las personas a las que les caiga en la cabeza, hecho este completamente falso.
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