CULEBRA LISA MERIDIONAL (Coronella girondica)

La culebra lisa meridional (Coronella girondica) es una serpiente de tamaño pequeño que rara vez supera los 60 centímetros de longitud. Generalmente de color gris claro, presenta unas franjas oblicuas, cortas y oscuras en su parte dorsal. Además en su diseño destaca una franja oscura que va desde la parte posterior de los ojos y se une en el espacio prefrontal así como otra mancha oscura en forma de "U" en la parte posterior de la cabeza.
Es de hábitos nocturnos, pasando la mayor parte del día escondida bajo rocas. Entre sus presas se encuentran diversas especies de lagartijas, eslizones, salamanquesas y también algunos artrópodos. Por otro lado los depredadores de esta culebra son otras culebras de mayor tamaño como la culebra de agua, los jabalíes, algunas aves e incluso escorpiones de gran tamaño.
Esta serpiente no es venenosa y en muy raras ocasiones puede morder. Si se la molesta adopta una actitud amenazante aunque rara vez llegue a consumar el ataque. Como sistema disuasorio ante su captura o si se siente amenazada expele una sustancia de olor desagradable contenida en sus glándulas cloacales
Su longevidad en libertad se estima en unos 13 años.
El periodo de celo tiene lugar entre abril y mayo. La hembra pone entre 5 y 10  huevos, de aspecto alargado, en el mes de julio casi siempre, y casi dos meses después nacen las crías
Se distribuye por los países del mediterráneo occidental, desde Italia, pasando por Francia y la península ibérica y por el norte de África hasta Túnez. En la Región de Murcia se pueden localizar ejemplares desde el Mar Menor hasta el Altiplano, y por supuesto en Sierra Espuña.
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HORMIGA LEÓN (Fam. Ascalaphidae)

Las hormigas león pertenecen al orden Neuróptera, es decir, insectos que poseen alas membranosas y con nervaduras en ellas que forma una especie de red o retículo.
El nombre común de hormiga león se refiere en concreto a la larva, que se alimenta de otros insectos, especialmente hormigas. Algunas especies cazan a sus presas construyendo agujeros cónicos en la arena, de forma que cuando caen dentro les resulta imposible salir de él. Por su parte la larva de la hormiga león permanece enterrada en el fondo de dicha trampa, de forma que al notar la más mínima vibración sólo tiene que utilizar sus magníficas mandíbulas para sujetarlas firmemente. Las mandíbulas no son en realidad tales, sino que se trata de piezas bucales huecas con las que succiona los jugos de sus víctimas.
No todas las especies cazan mediante este sistema, algunas como la de la foto adjunta simplemente se cobija bajo una piedra o vegetación y espera a que la presa pase cerca.
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