Sólo aquellos que ya las conocen o quienes han tenido la oportunidad de encontrarlas por la noche pueden atisbar que este insecto con un aspecto tan curioso es en realidad una luciernaga (Lampyris notiluca).
En principio puede parecer a simple vista que se trata de un gusano, aunque realmente se trata de un escarabajo. Lo que ocurre es que casi siempre que las encontramos están en fase larvaria, de ahí dicha confusión. En las fotografías adjuntas puede observarse una larva de luciérnaga.
Aunque no son muy fáciles de ver, se trata de un insecto relativamente frecuente en Sierra Espuña, si bien el uso de pesticidas ha propiciado que actualmente se encuentren ejemplares con menos facilidad que antaño.
A menudo se pueden encontrar sus larvas en zonas húmedas, escondidas bajo rocas o en la maleza, buscando alimento. Parece ser que los adultos no se alimentan o lo hacen ráramente. Las larvas se alimentan de caracoles y babosas, paralizándolos con un fluido digestivo y succionando posteriormente el alimento.
Sólo vuelan los machos, mientras que las hembras permanecen en tierra emitiendo su característica luz a fin de atraerlos para aparearse.
Esta especie presenta un claro dimorfismo sexual, ya que los machos adultos tienen aspecto de escarabajo, mientras que las hembras apenas si modifican su aspecto larvario.
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